El trabajo es una fantasía visual. Una fusión de luces y sombras. Una intensa expresión personal. Un juego de confabulación, al tiempo que muestro el objeto real a través de la percepción.
En esta percepción subjetiva se llega a la conclusión que, el espectador ante cualquier signo irreconocible, apela a su archivo de evocaciones acumuladas, derivadas de su naturaleza e idiosincrasia, para paliar la exigua esencia. De acuerdo con la teoría del artista, y sobre todo con la teoría de C. Einstein, en la que se basa, cualquier acto de visión convoca y atrae un archivo de sensaciones y experiencias acumuladas que sirven para paliar la insuficiente «realidad».
Artista:
Miguel David